Estimado Ismael
Ya termine de leer el libro “El
Poder de Escuchar”, soy una lectora que ama escribir, así que tu invitación a
compartir que tal nos parece el libro a los lectores desde el comienzo me gusto. Claro que después que llegue a los agradecimientos
me quede paralizada, ¿Qué será lo que Ismael quiere que le cuente? Fue lo
primero que pensé, lo segundo que debería hacerle caso a Quiroga y dejar que
muera la emoción de haber leído el libro por completo para luego escribir
evocándola. Amo esa regla pero me la salto con mucha frecuencia. A veces la
emoción desbordante y desordenada es lo mejor que tenemos y la evocación
termina siendo una fotografía pobre de lo que se quiso decir.
Escuchar es un don, algo mágico,
no se si se puede aprender, pero estoy segura que se puede mejorar y mucho.
En tus páginas encontré muchos ejemplos de como lograrlo, y te lo
agradezco. A mi las personas me hablan, me cuentas sus cosas. Los conocidos se
sienten cómodos abriéndome su corazón, tengo muchos amigos que siempre me dicen
que de alguna manera terminan confiándome cosas que no se la dicen ni a sus más cercanos. Pero lo más asombroso son
los desconocidos esas personas con las que comparto una cola en el súper o una espera en algún consultorio, siempre tienen
algo que decir, y por lo general es
algún detalle importante de su vida que
necesitan compartir. Yo escucho. No hago nada especial para que esto
suceda. Solo me apoyo en mis principios,
no juzgo, no divulgo lo que me dicen y en ocasiones procuro no dar consejos aunque me muera de
ganas, porque entiendo que a veces las personas solo quieren hablar y sentirse
escuchadas sin conclusiones de ningún tipo.
Esta lectura ha sido un viaje
compartido, tus palabras resonaban en mi cabeza con tu propia voz, lo cual me
pareció maravilloso, considerando la cantidad de escritores a los que se le
escucha tan poco su voz real. Mis
creencias van de la mano con muchas de las que tú mencionas, yo creo en el
poder de escuchar a otros, en la curiosidad, en crecer espiritualmente y en el silencio. También en
que cada persona debe ser compañera y escucha de si misma, por aquello de que
es imposible dar lo que no se tiene.
Hay pasajes que quizás interesan más a las personas que se
relacionan con el medio en el que trabajas, y es algo más que lógico, yo estoy
lejana del mundo de la tv por completo a no ser como espectadora y de vez en
cuando, prefiero leer o salir a caminar. De todas formas tu libro movió mi
mundo , a veces no le imprimo toda la energía que quiero a mis metas , hasta
las mas pequeñas, por poner un ejemplo domestico : quiero reestructurar una
parte de mi armario, para ello tengo planificado sacar las prendas que guardo
dividirlas para caridad, otras para desechar , pero a pesar de tener tiempo
libre (eso no lleva muchas horas de trabajo)
me quedo en las excusas, hoy estoy cansada, hoy voy a leer un rato, hoy
voy… y así con otras cosas mucho mas importantes con las que sueño, cuando
pienso en todo lo que has hecho en tan poco tiempo, todo lo que has superado comprendo que no solo hay que soñar,
planificar, también hay que trabajar para que las cosas sucedan y esto se
aplica a todas las áreas de la vida las pequeñas y las grandes.
Y por ultimo, porque he sido bastante
extensa, la sección de “de mi libreta de
apuntes” al final de los capítulos termino por enamorarme del libro y de decidirme a escribirte, cada vez que leo un
libro de auto-ayuda o mejoramiento personal, un libro de aprendizaje saco mi
preciosa libreta azul donde anoto todas las cosas que considero
importantes, mantras, frases,
conclusiones, porque si algo tengo claro es que de nada vale leer, entender si luego vamos a olvidar el libro en los
estantes de la biblioteca, hay que practicar lo aprendido, refrescarlo a diario
así que para mi libreta van tus frases.
Muchas bendiciones y éxitos para
ti Ismael!! Gracias por compartir tu vida en este libro.
Un Abrazo,
Silvia.
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