Septiembre

Mientras hacia la breve cola para entrar al centro de votación, unos ojos brillantes me preguntaron si esa era la cola para el liceo (donde voto hay dos centros en uno y el acceso es uno solo) “Es la primera vez que voto” me confeso con la voz timbrada que solo la emoción de hacer algo por primera vez, lo que sea, nos confiere. “Me inscribí hace poco”. Hacia poco también estrenaría sus dieciocho, observe y en seguida me gusto que se mostrara tan informado y con tanta emoción como si fuera a sacar su licencia de conducir. Lo mire con orgullo de mamá, y lo felicite con palabras sencillas. He aquí el futuro, me dije, decidiendo.

Ya en la cola de mi mesa, larga y al sol, un papá trataba en vano de controlar a su pequeña de seis años, ella corría libre por el patio de piso dibujado llamándolo desde las esquinas. ¿Ahora hay que hacer esta cola?. El papa asentía y sonreía. Quiso venir, se disculpo a no se quien, y danzando ella se acerco mas y le dijo bajito “te quiero papi”. Cuando los vi de la mano caminando hacia la mesa, él con su cedula en mano y ella con su expresión mas seria, volví a sentir el futuro. El ejemplo es el mejor legado que podemos darle a un hijo, es lo que acompaña nuestras palabras, la certeza que tendrán siempre de que conforme pensamos actuamos.

Un rato después una señora entro y nada mas preguntar el numero de la mesa a la fila, se horrorizo de lo larga, acto seguido visualizo una conocida mucho mas adelante y se quedo allí. Lo primero que pensé fue en su falta de respeto total a todos los que nos encontrábamos esperando, pero al tercer pensamiento sobre el mismo tema que me abordo, decidí omitirlo, estaba gastando mis preciosos pensamientos en algo inútil, en algo que no iba a cambiar, porque seguramente ella ni siquiera se percato de lo que hizo, es tan normal… quizás me toco esperar un poco mas, una persona mas, pero descubrí que lo importante no es como se comporten los demás, sino como lo haga yo, creo honestamente en el cambio positivo, en las reacciones en cadena que traen solo cosas buenas, creo que si una persona (Yo) una sola, puede esperar pacientemente su turno, muchas lo seguirán haciendo…una y otra vez. Creo en el futuro tal y como se me presento hoy.

Silvia.