Mundos Mágicos.

Llevo días chapoteando entre letras, tratando de darle forma a lo que siento sobre los libros y compartirlo. Probé con descripciones sobre el hábito de la lectura, sobre un poco de mi propia historia, pase a los bla, bla, bla de siempre, todo lo que me proporciona la lectura, sueños, libertad, compañía, etc, etc. Faltaba algo. Me anime a escribir sobre mi aversión a ver películas basadas en un buen libro, sobre todo porque no me gusta que se cambien las imágenes que yo misma me fabrique mientras leía.

Describí a conciencia mi realidad, con el libro que ocupa mis horas en este momento:

“Si no leo me aburro, me gustan los email de mis amigos, me gusta escuchar música y ciertamente tengo cierta fascinación por el cine, pero una de las dos cosas que evitan que caiga en ese aburrimiento crónico donde los días parecen todos iguales y hay que hacer una serie de rutinas para sobrevivir a ellos, son las buenas historias, y cuando la consigo, cuando desde la primera palabra, desde la frase inicial se que se abre una puerta llena de interrogantes, comienzo a vivirla como si se tratase de una vida paralela, de un mundo mágico, me vuelvo esa voz en off de las películas, y armo mis propios escenarios fantásticos donde los personajes cobran vida cada noche, cada tarde, cada vez que tengo un minuto, un segundo… y me abandono a las frases…

Para lo que no me preparo es para que se pierdan las fronteras entre los mundos mágicos de los libros y este, el real.

“Aquel fue un verano fabuloso” comienza el libro que estoy leyendo en este momento. Y nada mas leerla me aturdí a preguntas ¿Por qué Fabuloso? ¿Qué ocurrió en ese verano? Era verano? Y lleno de sol todo lo que leo y de ropa ligera y de libertad…los personajes van apareciendo, y sus entornos, pienso en ellos de camino al trabajo, en la espera del metro, a la mitad de mis archivos, a la hora del almuerzo… Viajo a París, a Perú, a Tokio, voy a Londres, me lleno de imágenes, de sitios, de palabras nuevas…

Esta mañana salí rendida, pensando sinceramente si lo más novedoso de la lectura es descubrir que otros han pasado por ella y se han inspirado, cosa que es totalmente cierta, pero como mi observación se deriva de haber encontrado en el libro actual una palabra que utilizo Arjona para una canción de su ultimo disco, la cosa no dejaba de tener peros… es un descubrimiento si, pero para compartir quizás con mi amiga Marianne, y especular un rato si el cantautor tomo o no la palabra de allí…es un pasatiempo, en cambio por ejemplo pensar en que cualidades podía tener un súper héroe llamado Trujimán, inspirado en esa nueva palabra que descubrí la tarde anterior, indagar cuales podían ser los supe poderes de un interprete, era sumamente interesante o al menos me permitía hacer mi recorrido sin contar los pasos.

Cuando abrí los ojos de mis divagaciones ya había llegado a la oficina. Me detuve un momento en el cajero automático, y cuando me dirigía al ascensor, Margaret me llamó.

Margaret trabaja hace muchos años en la organización, y en los dos años que tengo yo allí hemos coincidido en los pasillos cerca del estacionamiento, frente al auditorio y en el cajero, nunca hasta precisamente el día de hoy cruzamos mas de ocho palabras juntas: “Hola como esta?”” Que tenga un Buen día”, tampoco habíamos intercambiado nombres, ella tiene fama de tener un carácter fuerte, pero desde nuestro primer encuentro nos caímos bien mutuamente, así que nuestros saludos eran frecuentes, sinceros y acompañados de una sonrisa. Ante los atónitos ojos del mundo ejecutivo que nos rodea.

Hoy ella tenia ganas de hablar, me contó de su vida, con su voz pausada, modulando las palabras para disfrazar un poco esa inflexión inglesa al final,_ que desde el primer instante encontré deliciosa_, cuidando de no caer en ese spanglish desenfrenado de quien no logra encontrar la palabra adecuada en español para lo que quiere expresar y usa una en ingles, creando a mi parecer un caos. Pasamos por toda su interesantísima historia y para cuando llegamos a sus actividades actuales y cortésmente me dijo que era una traductora y de varios idiomas, me sentí dentro de esos mundos mágicos que solo los libros pueden recrear y que seguro la vida solo para divertirse conmigo cuela a la realidad. Compartimos halagos de conocidos que tenemos en común. Maravillándonos mutuamente de lo pequeño y circular que es el mundo. Y así me deje caer en esos mundos, disfrute la del momento, la conversación amena y las promesas de repetir, de coincidir más.

Eso es lo que más me gusta de lo que leo: Los mundos mágicos en los que entro…

Silvia.