La Tarea...
Libro 1
Jessie Wallace
¡Al fin llegamos a Liverpool!. El Capitán Cullen y el primer oficial de abordo nos han dado la noticia esta mañana durante el desayuno, explicaron a todos los pasajeros que no va a ser posible entrar a puerto en este momento, debemos permanecer en alta mar por unos días. Los Alemanes han intensificado sus ataques a barcos mercantes ingleses, esto como una forma de repudiar los intentos de Inglaterra por cortar con los abastecimientos de sus tropas en tierral según me he informado. Después de la sorpresa general y el descontento de todos nos llega la preocupación, el futuro esta a unas cuantas millas náuticas, pero es tan incierto. Mamá tiene ganas de llegar a tierra de una buena vez, su vientre se ve cada día mas abultado y aunque ya pasaron los meses de las nauseas y los mareos, el bay ven del barco le renueva los síntomas. Sin mas actividad que alguna caminata por cubierta luce extenuada, sus planes de llegar a Edimburgo y reencontrarse con la abuela Jesie se han ido por tierra y los míos de volver a ver la calle de mi niñez también después de oír las noticias sobre los desplazamientos en tierra. Me dice todo el tiempo que suelte la pluma y me dedique a cosas útiles como tejer un suéter para Peter, se nota que esta alterada así que agarro las agujas en cuanto la veo entrar en el camarote y la pluma en cuanto sale de el.
Mis preocupaciones son otras nada mas escuchar las noticias he pensado en Papá, solo en esa pensión de Argentina, con Dick y David a su cuidado, ¿estarán bien? ¿Cómo se las arreglaran sin nosotras? ¿Cuándo podremos reunirnos todos de nuevo?, por otra parte con todas las noticias que tenemos ahora de guerra me consuela que se encuentren tan lejos, a salvo, así no tienen que sentirse obligados a participar en todos estos conflictos absurdos. Yo misma quisiera ser útil y unirme a la cruz roja, pero temo decírselo a mamá, por una parte siento que tengo él deber de ayudar a mi país y por otra entiendo que mi familia me necesita, cuando por fin toquemos tierra alguien tiene que encargarse de cuidar a Isabel y al pequeño Peter, con mamá que seguramente ira al hospital debo hacerme cargo yo de ellos. Hace unas semanas me comenzó un resfriado, al principio no me preocupe me sentía afiebrada y cansada, lo que es muy común, pero con el paso de los días me he sentido peor, me duelen las articulaciones y no tengo mucho apetito, jugueteo con la comida con la esperanza de que nadie sé de cuenta. Peter me observo mas de la cuenta la otra tarde, durante la cena, y me prive de retarlo por masticar con la boca abierta o pasar la comida del tenedor al plato sin tocarla, por miedo a que me dijera "hago lo mismo que tú" y quedara en evidencia delante de mama, a diferencia de Isabel que es mas retraída y callada, Peter dice lo que piensa en un solo impulso. Otra vez no me atrevo a decirle nada a mamá, lo menos que necesita en este momento son mas preocupaciones por mi salud. Quizás cuando por fin desembarquemos y si el tiempo lo permite algún medico pueda revisarme y recetarme algún remedio de manera que todo este malestar no sea mas que un mal recuerdo. No se como pude ser tan egoísta y escribir eso ultimo, con tantos enfermos y heridos de guerra que atender y yo pretendiendo que un medico atienda mi resfriado.
Jessie Wallace, 15 de Diciembre de 1915.

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