Tuesday, August 19, 2008


Avenida Boyacá



Nunca me he acostumbrado a su nombre formal, ese que aparece en los mapas y en las señalizaciones de transito, me gusta mas llamarla “cota 1.000” no solo por ser su nombre familiar, por lo menos entre caraqueños sino por lo romántico de su significado con todo y ese mar incluido.

Nada más empalmo con lo que yo llamo su inicio (para otros el final) y todo cambia, mas aun en Agosto, con su soledad relativa y sabrosa, da gusto conducir por ella, la ciudad con sus grises bosteza a mi izquierda incontables veces, y la falda verde del Ávila se extiende, va creando para mi pliegues de esperanza a mi derecha. El cielo sobre mí, cubriéndome.

Es una hora matutina que no disfruto en otra época del año, por eso la encuentro irresistible, el sol me saluda encendiéndose a mi paso, como si fuese yo misma la que lo trae de la mano y le enseñara a dar brillo y color a todo.

De a ratos tengo que concentrarme en el asfalto para no salir volando por la ventanilla del monito gris y reunirme con la silueta de los árboles donde sueño abrazos los escasos veinte minutos que dura el paseo. Cuando me doy cuenta voy a paso de morrocoy disfrutando de todo alrededor tal cual y fuese un día domingo, lo que no creo le haga mucha gracia a los otros conductores.

El lunes en la mañana estaba embebida en mi meditación, tratando de no ilusionarme tanto, de no sentir tanto, cuando un cielo azul y los destellos del naciente sol me arañaron el corazón. Dejándome escuchar solo el eco de esa perfecta guitarra que me acompañaba. Me percate que por fortuna siempre disfruto de este momento, es mi raro instante a solas. El perfecto inicio, porque todo lo demás del día pude venir, suceder y ser como sea. Todo parece resuelto. Al menos desde mi pedacito de cielo.

¿Y cuando amanece nublado? Bueno cuando el cielo amenaza con lluvia me siento más nostálgica, mas romántica, suspiro más, llego corriendo a prepararme un té…y me quedo con ganas de sentarme a leer todo el día.

A última hora, la tarde se apaga entre miles de anaranjados en mi retrovisor.

Aun así me cuesta explicar porque esta es mi ruta preferida cuando me preguntan.


5 comments:

rominita said...

Hola amiga:
En el mundo existen lugares que son especiales e importantes solo para uno, esos lugares por donde muchas personas pasan todos los días sin percatarse de su belleza, pero que a nosotros nos llena el alma y nos arregla el día. Me encanta saber de que tienes tu lugar especial todos los días y que te nutre y te llena. Conocer ese lugar a través de tus ojos es maravilloso.
Cariños

Oswaldo Aiffil said...

Hola Silvia! La verdad es que el lugar tiene una magia. No se si es por lo alto, por el panorama de Caracas, por la cercanía del Avila, por el olor a naturaleza que la invade siempre, por los diversos tonos del verde avileño, por el aire frio y húmedo. A mi también me pasa. Qué bonito relato, no podía esperar menos de ti...un beso!

Silvia said...

Gracias por visitarme amigos!!

los quiero muchisimo

Cariños

Silvia

esteban lob said...

Debe ser porque actuamos como animales de costumbre.

Cariños.

Silvia said...

Hola Esteban es cierto la costumbre, y aunque dicen que es malisima para la memoria etc, etc, me encanta esa via...

Cariños

Silvia