Una de mis primeras preocupaciones cuando fui mamá, fue como lo iba a hacer, que le iba a enseñar a esa bebé que tenía entre mis brazos y que dependía de mi para todo , conciente desde el principio de la responsabilidad eterna de traer un ser al mundo, albergue muchos miedos, una tarde, le pregunte a mamá como lo había hecho ella, que en lugar de una, tenia cuatro, es mi mejor referencia, todo lo que soy tiene su base en lo que ella me transmitió y no puedo disimular lo orgullosa que estoy de ello. Su respuesta vino acompañada de una sonrisa, de una simplicidad que no cabía en mis dilemas, en sus palabras parecía como si esos veintiseis años de trabajo y cariño constantes que me había dedicado a mi y a mis hermanos, no fueran más que algo natural, como la niña que era cuando estuve entre sus brazos la primera vez me dijo: “Tomé todo lo que me gustaba de cómo me criaron a mi, quite todo lo que no me gusto o lo que no me parecía y ya”.
Me levante un jueves años después con una pregunta persiguiéndome, si pudiera desear algo que le transmitiera a mi hija de inmediato ¿que seria?.
Primero no se porque me formulo estas preguntas tan profundas antes de las ocho de la mañana, tengo sospechas de que se debía al día que planee para las dos juntas, esas vacaciones. Me acompañaría al trabajo en la mañana, la oiría parlotear sin parar sobre sus cosas mas importantes, sus amiguitos del colegio, sobre sus planes del futuro, el programa de televisión de la noche, sobre sus adquisiciones, compra de juguetes o alguna prenda de ropa. La vería nerviosa conforme se fuera acercando la hora de ir al cine, luego el almuerzo, chucherías, las cotufas, todo salpicado con su adolescente y creciente mal humor que nos hace chocar como dos trenes a alta velocidad por breves momentos…si pudiera decirle todo lo que pierde si se pone brava por no conseguir el refresco que le gusta…así fue y yo continué buscando la respuesta.
Nos sentamos en el cine al fin, y solo pude tener claro lo que no me parece tan trascendental, lo que le puedo transmitir pero no termina de ser un todo. Entonces en esa película de niños que fuimos a ver, sale un chica pelirroja con los cabellos sueltos, va a conducir un carro de carreras, anuncian que es la primera chica que va a conducir en Nascar, ella camina decidida y orgullosa, mientras en las tribunas otras mujeres aplauden, celebran, gritan su nombre, me percato que esa es la respuesta, ¡eso es lo que quiero transmitirle!, no es una lección sobre moral o una advertencia sobre lo que le puede tocar vivir, es fuerza, es el poder que tenemos las mujeres de hacer realidad nuestros sueños, de apoyarnos unas a otras, es esa alegría cuando alguien de nuestro genero alcanza un logro nuevo, se destaca, orgullosa de esa primera mujer que va al espacio, de la que ocupa un cargo político importante (así sea en la China) por una amiga que comienza una nueva vida, por la que consigue un trabajo, por la que educa a sus hijos, por todas las que salen al mundo cada nuevo día y enfrentan el reto de llenar todos los roles y hacerlo bien. Quiero que se sienta orgullosa de ser mujer, libre de elegir lo que quiera ser, donde quiera estar, y con el valor de perseguir sus sueños cualquiera que estos sean...
6 comments:
Hola Silvia:
El hecho que apliquemos en nuestros hijos (y con el paso del tiempo en nuestros nietos) lo mejor de nuestros antepasados, descartando lo peor de ellos o de la manera en que nos criaron, debería llevar a conseguir con el paso de las generaciones el hombre (o la mujer, claro) perfectos.
Y eso no sucede porque esa criatura es imposible de lograr, de modo que nos conformamos con bastante menos y somos felices igual.
Cariños.
Más que perfeccionar busco mejorar, que viva sus propias experiencias de la mejor manera posible y que sea feliz en los intentos...pero eso querido Esteban no deja de ser solo lo que yo quiero...hay que ver que dice ella...
Cariños
Silvia
Hola Silvia:
Que diferente es la impresión que tus letras dejan en mi retina después de tanto tiempo sin acerme a ellas.
Parece que te leyera por primera vez y me quedo con la dulce sensación de que eres una chica que tiene algo interesante que contarme.
Creo que transmitirle a tu hija el orgullo de ser mujer es una gran elección, sobre todo porque no es ese orgullo de "somos mejores que los hombres", que tantas discusiones bobas causa en el mundo, si no que es ese orgullo digno, justamente eso es, "la dignidad de ser mujer".
Cuando pienso en ser mujer recuerdo una frase que Gabriel García Marquez dice sobre su señora y sobre como gracias a ella es que él se convirtió en tamaño escritor: "Las mujeres llevan sobre sus espaldas el peso del mundo", a esto yo podría agregar que las mejores mujeres de todas, son aquellas que llevan este peso con orgullo y alegría de ser y poder hacer todo lo que somos capaces.
Abrazos para tí y para las maravillosas mujeres de tu familia
Silvia:
Acabo de pasar por mi blog (primero pasé al tuyo) y me dió mucha alegría encontrarme con tus mensajes preguntando por mí. Cuando una amiga mía desaparece de mi radar por mucho tiempo yo tb le escribo, para que sepa que donde este yo todavía la recuerdo.
Un abrazo amiga mía.
Hola Romi!! Que alegria saber de ti!! Mil Gracias por visitarme, escribe que extraño mucho leer la magica forma en que ves el mundo...
Cariños
Silvia
Silvia que lindo todo lo que escribes desde la optica de una madre..
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