La ultima vez que dije: “ ¡ Que pareja tan bonita hacen Zutanita y Perencejo”, el termino escapándose con un ataque apoteósico de falta de responsabilidad y ella termino persiguiéndolo disfrazándose de invisibilidad por cada calle de la ciudad. Ahora en cuanto me parece que son el “Ton” que lleva el “Son” algún par, me limito a verlos de lejos maravillándome de tanta armonía con la boca cerrada.
La pareja en cuestión no era mi amiga, sino amigos de mis amigos, no los trate mucho así que queda claro que hice un juicio precipitado, ahora nadie lo quiere reconocer pero ellos se movían al unísono se veían felices, ambos profesionales y exitosos además, con una vida social activa, gustaban de recibir gente en su casa y todo era coordinadito, uno servia los tragos y el otro acercaba los pasa palos, ni un minuto de discordancia, ni unos ojos torcidos ante un “Perencejo pásame las servilletas” “Zutanita trae hielo” hay que ver el jaleo que se arma en mi cocina cuando al señor de la casa se le da por sofreír camarones y yo lo que quiero es que me ayude con los tragos, lo dejo aquí porque voy de otra historia, y como ejemplo soy pésima.
A esta parejita feliz se les acabo el amor, se llenaron de aburrimiento (acaso les falto una buena pelea) y de infidelidades, cada uno por separado, como la ruptura definitiva llego a un mes escaso de mi afirmación me dejo mala fama entre los amigos, otra razón para mantener la boca cerrada cada vez que pienso en el mismo enunciado ¿Qué no puedo creer en la felicidad ajena? Claro que creo, pero en demasía sospecho.
Zutana se quedo con el apartamento (él fue infiel primero así que en la repartición de etiquetas quedo con la de Victimario y ella con la de Victima) los tres muchachos, el giro del carro y por supuesto el carro. De mas esta decir que Perencejo salió con lo puesto en la mañana y se las arreglo para desaparecer un par de años. Ni los amigos sabían donde estaba.
A veces cuando íbamos a una tasca que a Perencejo le gustaba mucho (y a los amigos también), nos contaba el Barman con cara de desconsuelo que acababa de irse Perencejo que se le veía acabado, hasta que alguno del grupo interrumpía con grito de indio en guerra la letanía del hombre, Perencejo no merecía nuestra lastima (al parecer ni la de nadie en el mundo) ni nuestros suspiros, él había abandonado a Zutanita y ahora la pobre bregaba con la profesión, tres hijos, la casa y para colmo no tenia quien le hiciera un café. Además que se dejara de tonterías Perencejo que hacia el en la tasca si no tomaba. Yo me quedaba en pausa preguntándome que tenia que ver el café con todo eso, seria que Perencejo le hacia el café a Zutanita, o seria que ella no se podía hacer café, no me atrevía a preguntar claro esta.
Perencejo regreso, como lo oyen, bueno mas bien apareció en la piñata del hijo mayor, llego mas gordo, mas calvo, cargado de regalos para todos (si hasta para Zutanita) con una risita nerviosa que no podía controlar cada vez que hablaba con Zutanita.
Se sentó a la salida del colchón para amarrarle los zapatos al mediano cuando saliera, desamarro globos para el menos y mancho de grama sus pantalones cuando se lanzo en pos de todos los juguetes de la piñata para el mas grande.
_ Hay que ver que este no lava en su casa, con lo que cuesta sacar las manchas de grama_ comento la mamá de Zutanita a nadie en especial pero bien duro para quien quisiera oírla en la fiesta.
Cuando ya calculábamos que la reconciliación era inminente, Zutanita le arranco de las manos una bandeja con dulcitos que Perencejo se disponía a repartir. Le dijo entre dientes pero clarito que allí nadie lo necesitaba y menos ella, se las habían arreglado bien sin él. Ella la de la fiesta no lo necesitaba pero la otra, la que organizo las cosas en la mañana y no veía la hora de terminar de llenar los globos para poder irse a arreglar, la que le temblaron las manos escogiendo los zarcillos que el le había regalado, solo para que los notara.
Esta Zutanita de la fiesta no le perdonaba nada, ni su desliz, ni su falta de responsabilidad con ella, con sus hijos, su ausencia, que estuviera gordo, que usara franela de pavo, que los niños lo siguieran adorando solo por ser su papa, que tuviera cinco novias haciendo cola por el (esto algo exagerado) y que ella rabiosa en todo este tiempo no consiguiera a nadie que le hiciera un café.
Silvia.

1 comment:
Esta historia es una radiografia a lo que pasa en pareja. Me habría gustado que ganara la Zutanita "enamorada" o que él le diera motivos para "justificar su amor" (como dice madonna).
ya está publicada mi lista de cosas que me hacen feliz. Espero ansiosa saber que cosas te hacen feliz a ti!!!!
cariños
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